“La paz de nuestro tiempo”, como diría Chamberlain. Parece ser que, por fin, los dos partidos deciden ponerse de acuerdo, en mucho tiempo, y deciden una pequeña, pero importante, reforma de nuestra carta magna, obligando en un techo de gasto a las comunidades autónomas.
La reforma era de esperar. El partido socialista, de repente, se ha visto hambriento de poder comunitario, un poder que ha sido sustituido por el cambio el 22-M, y que los deja totalmente desnudos ante la movilidad económica. Antes, que lo controlaban todo, no hacía falta reformar nada, pues todo era fantástico, ahora, parece que apremia el ser un gobernante normal y corriente. El PP, tranquilo, pues el techo de déficit fue una ley que se adopto en el periodo de Jose María Aznar, y que ahora intentan adoptar los socialistas, para demostrar lo ahorradores que son (vamos, los futuros inversores del ING direct), sobran las palabras.
Es lo típico, mucho se reía Rubalcaba, de manera exultante, cuando recibió la noticia de lo que pretendía hacer Rajoy si llegaba a ser presidente. Ahora, se muestra un defensor de la idea, se convence muy rápido nuestro candidato a presidente por parte del PSOE. Y es que cuando el agua suena, agua lleva, ¿qué pretenderá Rubalcaba, cuando quería atraer a los votantes de izquierdas, apoyando esta medida? ¿Que es capaz de mentir a la misma vez, que lo han engañado, que no es quien es, que le dijeron una cosa y es otra? Ahora, a pasar por el aro.
Pero es que el aro no parece ser para Rubalcaba, sino para unos cuantos. Nuestro presidente se muestra, en su faceta más agresiva, devorando las reformas que hace Rubalcaba para alejarse del actual gobierno y convertirse, “por la gracia de dios”, en el nuevo secretario general del PSOE. Muchos se muestran descontentos, en el seno del PSOE, de la reforma, pues no la creen conveniente. Nuestra ministra de economía, Elena Salgado, antes critica con cualquier tipo de reforma del déficit, ahora la ve ciertamente positiva. Carme Chacón, no se muestra convencida, pero lo apoya, total, son los que me pagan Aquí, si formas parte del gobierno, tu primera lección es “cuando digo digo, digo Diego”, porque el cambio de opinión de los socialistas es espectacular.
Muy pocos mantienen una posición clara, como Patxi López, Antonio Gutiérrez o Tomas Gómez. Los partidos más a la izquierda, mantienen una postura sin fisuras (ya de por si, confusa, defendiendo viejos valores) pero directa. El PP no tiene porque hablar, ya esta todo dicho, aunque muchos preferirían que, en esta situación, se hubiese presionado mas en una reforma más contundente y no tan etérea y, bueno, los nacionalistas, que van a decir, que la reforma es mala para su autonomía, claro es, todo lo que les quite poder, en contra estarán, pues solo miran a su ombligo, ya sea catalán, vasco, gallego, mallorquí o canario y, de paso, aprovechar para manifestar mas las ideas independentistas que ya poseen en la sangre de sus estatutos.
La calle es, de los más listos, o de los más pesados. El 15-M sale a la calle en contra de una reforma constitucional… ¡Que ellos mismos defendían! Pero, claro, si no es lo que les gusta, ¿para qué apoyarla? Pese a su ambivalencia, si está claro que España necesita esa reforma, pero no solo esa, sino muchas más, nuestra democracia ha sido valorada como de las mejores, pero es hora de mejorarla, de dejar claro la división de poderes, de unos partidos políticos que no lo controlen todo, y que nuestra libertad no varíe por el mero hecho de ser de un partido y ya, por ello, recibir un trato especial.
Muchos lo dicen, Zapatero ha golpeado con fuerza a Rubalcaba, lo que demuestra el grado de descomposición del partido, y se echa algo en falta un poco de mayor contundencia en el PP, pero esto es un pequeño paso. Sin embargo, y aunque me duela, no estamos para pequeños pasos, cuando el ministerio de economía quiere, además de recaudar los exorbitantes impuestos que ya cobran, cobrar los del año que viene, porque no tienen ni para pagar los choferes que siguen sin ser reducidos, que siguen sin desinflar la enorme burocracia estatal, que siguen sin reducir el paro, siendo todavía, espectacular, no haciendo nada ni el verano, donde mejora el sector turístico, donde la bolsa sique siendo un autentico peligro pues, sigue sin ser segura y, por supuesto, siguen sin parar a los leones nacionalistas que, cuando ven rio revuelto, ganancia de pescadores, aprovechando lo imposible para roer, un poco más, al estado español. Esto ya no va de pasitos cortos, ya se necesitan pasos de gigantes, y nos jugamos nuestra nación.
No me asusta la muchedumbre enfurecida, que sale a la calle para quejarse de una reforma para un bien común, temo la muchedumbre europea, temo a la bestia que, en cualquier momento, nos podría dar el golpe de gracia, que mataría nuestra economía y, nuestra nación. La espada de Damocles esta a milímetros, y nos peleamos por la reforma que se debió mantener en el 2004, la nación está mal, y no se sabe si saldrá del oscuro rio que la lleva. Deseemos que el 20-N sea algo que aporte la salvación de nuestra nación.
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