Llantos por Ruht y Jose

Por fin la agonía de los niños de Córdoba termina.
Después de jugar diez meses con la localización de los pequeños, parece ser que lo que todos temíamos se cumple y la muerte es, definitivamente, el final de todo.
Ahora acompañaremos a la madre dolorida y todos nos rasgaremos las vestiduras pidiendo la pena de muerte, cadena perpetua, ojo por ojo, etc. pero, tendríamos que preguntarnos, ¿donde estábamos cuando el gobierno de turno promulgaba las leyes que dejan en la impunidad a los asesinos de inocentes?, ¿cuando los lumbreras progresistas exigen derechos humanos para esta gentuza?, ¿cuando los medios de comunicación llenan sus espacios dando   propaganda a quienes buscan excusas para no pagar con la sociedad el daño cometido?, ¿porque siempre protestamos cuando quien mete la pata no es de nuestro pensamiento o parecer?, ¿cuando dejaremos de pensar en nosotros y caeremos en la cuenta de que no somos nada sin los demás  aunque estos piensen de forma diferente?.Pensemos en ello durante un momento y asumamos la culpa que nos corresponda pues, no solo delinque el delincuente, también lo hace quien no busca la forma de pague con severidad sus actos, quien, por su mojigateria, da alas para que esto ocurra.

Ahora clamaremos justicia, cuando juzguen al asesino volveremos a ver peticiones de penas más duras, los medios tendrán con que llenar horas de programación, y después ¿que?. Todos a reír las ocurrencias de nuestros lideres, a distraernos con el fútbol o cualquier otra cosa, y repetir hasta la saciedad películas y series. Y si no me creéis acordaos de Mari Luz, cuanto la lloramos y apoyamos a esa familia incluso el señor presidente, Zapatero, lo recibió para prometer a bombo y platillo el endurecimiento de las penas. Al final todo quedo en el olvido y hasta los socialistas criticaron al padre de la niña porque no comulgaba con sus ideas. Ese es nuestro gran cáncer, cualquier nación que no sabe estar unida para poner fin a estos problemas se condena a devorarse así misma, la hipocresía con la que nos mostramos en los momentos críticos dará al traste con la sociedad y, cuando comiencen a salir protectores particulares de la ley habremos abierto la puerta para aquellos que gritan ojo por ojo, después ya no habrá más ley que la del poderoso.
Dos criaturas más han muerto por no infringir castigos ejemplares y callar ante ello.